Son diversas las definiciones de evaluación aportadas por distintos autores las cuales responden a diversos enfoques de este proceso, como categoría didáctica, como nivel o eslabón del proceso, como componente o función didáctica; estas definiciones en su diversidad, se diferencia por la extensión del concepto y la interpretación del proceso evaluativo.
Según la autora Guillermina Labarrere “la evaluación se caracteriza por ser un proceso sistemático en el que se evidencian dos elementos fundamentales que son los objetivos y el contenido de la evaluación”, ajustados a este término enfatizamos en la necesidad de sistematizar la evaluación y a la vez otorgarle un carácter cualitativo en aras de garantizar el seguimiento del diagnóstico e influir además en los intereses y motivaciones de los alumnos.
Es preciso destacar que un control y evaluación de elementos instructivos y educativos con más periodicidad conducen al movimiento ascendente de intereses en los alumnos que ingresan a la enseñanza en aras de garantizar el tránsito eficaz por la misma, por tanto concordamos con la declaración de la autora cuando expresa que “la función del profesor es comprobar el grado de asimilación consciente de los conocimientos y habilidades para aplicarlos a nuevas situaciones, pero el actual modelo evaluativo de la enseñanza no favorece en su totalidad el cumplimiento del anterior enunciado porque los controles y evaluaciones que inciden en la categoría de un alumno, no tienen un carácter continuo.
Ofrecer una definición de evaluación ha constituido un propósito de muchos pedagogos al investigar diversas cuestiones acerca del proceso de enseñanza-.aprendizaje, tanto es así que según Mariana M. e Isabel Solé (1990) las distintas definiciones de evaluación tienden a concretarse en lo que pueden ser consideradas como dos polos.
En uno de estos polos y en su acepción más extendida, se habla de evaluación para referirse a la actividad a través de la cual se emite un juicio sobre una persona o fenómeno, una situación o un objeto en función de distintos criterios.
En el otro polo se localizan otras definiciones de evaluación en las que se evidencia una intención relacionada con la apropiación de conocimientos, habilidades, valores útiles para la toma de decisiones y la aplicación de actividades didácticas.
En esta definición se asume críticamente un enfoque integral de la evaluación, considerándola como proceso, que trasciende su concepción como categoría didáctica, lo que le impone mayor complejidad al proceso evaluativo, pero lo hace más objetivo, multifacético y holístico.
Ofrecer una definición de evaluación ha constituido un propósito de muchos pedagogos al investigar diversas cuestiones acerca del proceso de enseñanza-.aprendizaje, tanto es así que según Mariana M. e Isabel Solé (1990) las distintas definiciones de evaluación tienden a concretarse en lo que pueden ser consideradas como dos polos.
En uno de estos polos y en su acepción más extendida, se habla de evaluación para referirse a la actividad a través de la cual se emite un juicio sobre una persona o fenómeno, una situación o un objeto en función de distintos criterios.
En el otro polo se localizan otras definiciones de evaluación en las que se evidencia una intención relacionada con la apropiación de conocimientos, habilidades, valores útiles para la toma de decisiones y la aplicación de actividades didácticas.
En esta definición se asume críticamente un enfoque integral de la evaluación, considerándola como proceso, que trasciende su concepción como categoría didáctica, lo que le impone mayor complejidad al proceso evaluativo, pero lo hace más objetivo, multifacético y holístico.
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